Troy Davis, condenado a muerte por el asesinato de un policía en 1989, fue ejecutado este miércoles por la noche con una inyección letal en Georgia (EE UU), tras varios intentos de última hora de su defensa para salvarle la vida, y pese a las dudas sobre su culpabilidad y las numerosas peticiones de clemencia.
El caso de Davis, para muchos el prototipo del negro condenado injustamente por la muerte de un blanco, ha reabierto el debate de la pena de muerte en el país, donde este jueves también ha sido ejecutado otro reo en Texas.
Petición original:
Troy Davis fue condenado a muerte en 1991 por el asesinato del agente de policía Mark Allen, cometido en Savannah, Georgia, en 1989. Nunca ha existido ninguna prueba material que vincule directamente a Davis con el asesinato, y el arma del crimen nunca se encontró. La acusación contra Davis se basaba en declaraciones de testigos presenciales y siete de los nueve testigos clave se han retractado de su testimonio o lo han modificado.
En junio de 2010, la Corte Suprema estudió el caso de Davis, pero el juez volvió a rechazar su alegato de inocencia, afirmando que el acusado debía probar su inocencia, no sólo las dudas existentes sobre su culpabilidad. El pasado 28 de marzo la misma Corte rechazó su última apelación, dejando así vía libre para que el estado de Georgia fije una fecha de ejecución y dejando a Troy Davis a un paso de su ejecución.
En este momento, Troy Davis sólo tiene una oportunidad: La Junta de Indultos y Libertad Condicional de Georgia. Esta Junta ya dictó una suspensión en 2007, declarando que no permitiría que se llevara a cabo una ejecución “a menos que los miembros de la Junta estén convencidos de la culpabilidad del acusado”. En las próximas semanas se reunirán de nuevo tendrán que decidir si Davis es ejecutado o no.
En cualquier sistema legal, todos somos inocentes hasta que se demuestra lo contrario. Sin embargo, en Estados Unidos la pena de muerte discrimina a las personas, ya que tiene una incidencia desproporcionada en personas sin recursos económicos, en minorías étnicas, y se aplica a menudo en juicios injustos, en los que se plantean dudas sobre la culpabilidad de los condenados, u otras irregularidades. Desde que Troy Davis fue condenado, más de 90 presos han sido excarcelados tras demostrarse su inocencia. En todos esos casos, los acusados habían sido declarados culpables más allá de una duda razonable.
en esta vida no hay justicia, la unica justicia es la que viene de Dios.
y dura cosa es caer en manos del Dios viviente.
Dios tenga misericordia de aquellos que condenaron a este hombre sin tener pruebas verdaderas de culpabilidad.