El pasado Junio se estrenaba una de las series de ciencia ficción a la que le tenía más ganas de los últimos tiempos, Falling Skies. De ella me llamaba la atención su brillante temática alienígena, enmarcada en un futuro distópico donde la humanidad ha sido diezmada, las ciudades controladas, los niños capturados y puestos al servicio de los extraterrestres y donde unos pocos supervivientes se afanan por plantar cara a los enemistosos visitantes. Detrás de toda la serie también estaban dos viejos conocidos que la ponían, a priori, bastante interesante, en el ámbito de la producción encontramos al cada vez más omnipresente Steve Spielberg (cuesta encontrar cosas en las que no esté metido este hombre) y en el de actuación Noah Wyle, al que le tenía especial cariño por su estupendo papel de Steve Jobs en la película Piratas de Silicon Valley
Basada en el libro ‘Fire in the Valley: The Making of The Personal Computer by Paul Freiberger and Michael Swaine’.
Después de el arranque del episodio piloto, vemos como rápidamente se nos presenta a los personajes se nos coloca en la situación de unos supervivientes que son acosados continuamente por las fuerzas alienígenas y que tienen que abandonar la ciudad para reorgaonizarse y formar un ejército. Uno de sus principales problemas es que los visitantes, cuando toman prisioneros les colocan una especie de implantes que los deja en un estado casi zombie y a la compeleta merced de la voluntad de los aliens. Aquí comienza la historia y no diré más para no spoilear la trama, que obviamente se va complicando conforme van avanzando los capítulos, sólo que lejos de ser uno de los puntos flojos de la historia, como puede parecer en un principio, acaba siendo precisamente una de sus mejores bazas.
Una de los grandes aciertos de Falling Skies es el planteamiento, el análisis y la descripción que hace de los extraterrestres. Este siempre suele ser uno de los aspectos más peliagudos en la ciencia ficción, el tratamiento de los alienígenas, atrás quedaron las visiones simplistas de seres humanoides con grandes ojos y la cabeza ovalada que no pronunciaban apenas palabras. Ahora es turno de que las series que apuesten por una temática como esta definan y caractericen a los seres de otra planeta casi tanto como a los humanos protagonistas.
En Falling Skies aunque se sigue ahondando en algunos de los tópicos del género si que se sabe, desde el principio, establecer un aura de misticismo en torno a ellos que va dando mucho juego a lo largo de la serie.
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