La última de Julian Assange es salir a pasar la boina con dramatismo. Cuenta el hombre que WikiLeaks está al borde de la ruina y de la desaparición física por falta de fondos desde que Visa, Mastercard, Paypal y otras empresas dejaron de gestionar las donaciones con que se financia el invento. Assange ve en esto (una vez más) un complot orquestado por el gobierno de Estados Unidos, el Pentágono y la CIA, que habrían puesto a los gigantes del crédito mundial a trabajar para ellos y en contra de WikiLeaks. Ante semejante ataque a la "libertad de expresión", Assange pide a sus seguidores que burlen este "bloqueo", que dirían en Cuba, haciendo transferencias bancarias, mandando cheques o incluso recurriendo al dinero electrónico virtual (bitcoin).
Es perfectamente legítimo que Julian Assange pida dinero si le hace falta. Pronto veremos si la Operación Boina surte efecto. Aquí lo único raro es la explicación de por qué WikiLeaks está en números rojos. Y es que ya hace un buen rato, meses enteros, casi un año, que Visa, Mastercad y otros decidieron boicotear las donaciones a WikiLeaks. Exactamente el mismo tiempo que hace que WikiLeaks decidió publicar cientos de miles de cables confidenciales que, amén de comprometer la política exterior de Estados Unidos (como siempre), revelaban con desparpajo datos y más datos susceptibles de poner en peligro la vida de soldados, intérpretes, informantes, etc.
Fue este el detonante de que varias empresas decidieran cortar toda relación comercial con WikiLeaks. ¿Por presiones del Departamento de Estado de EEUU? Es una posibilidad. Pero también es posible, y de hecho es incluso probable, que tomaran esa decisión con plena independencia y pensando exclusivamente en sus intereses comerciales. No hay muchas multinacionales en el mundo que se arriesguen a tratar con personas o empresas de legalidad dudosa (¿se imaginan a ETA cobrando el impuesto revolucionario con tarjeta visa?) o cuya actividad irrita a un montón de clientes. Assange puede haber sido un ídolo para ciertas masas, pero otras masas le detestan. Alguien pudo pensar que tener tratos con él no era bueno para el negocio.
¿Hay ideología en esta decisión? Incluso si la hubiera, Assange no es el más indicado para criticarla. Cuando uno ha hecho de la anarquía su bandera y se jacta de romper todas las reglas (incluida la de no quitarte el condón sin el consentimiento de tu pareja), debería comprender mejor que nadie que otros también hagan lo que les dé la gana.
Sin duda WikiLeaks saldría ganando si su fundador y Gran Hermano supremo fuese capaz de la más elemental autocrítica. Dicen las malas lenguas que el actual parón de cables y documentos secretos puede tener que ver con ahogos económicos, como Assange sostiene...pero también con el espectacular cisma que hace un año se vivió en el seno de la organización, y que provocó la salida de sus técnicos más cualificados. El antiguo portavoz de WikiLeaks, Daniel Domscheit-Berg, viene advirtiendo desde entonces que mandar documentos al sitio de Assange ya no es seguro. Quien lo haga se arriesga a acabar como el soldado Bradley Manning.
Por otro lado, si la falta de liquidez de WikiLeaks es causa sólo del bloqueo de las empresas que gestionan los pagos, ¿cómo no previeron que esto podría ocurrir? ¿Cómo han tardado todo un año en buscar fórmulas alternativas de recaudación?
Mira que si esto fuese una excusa y faltase muuuucha transparencia en la casa del que más la predica...¿Y si simplemente se han enfriado las donaciones a WikiLeaks por lo mismo que se están enfriando tantas otras cosas, es decir, por una mezcla de hastío y de pura y dura decepción?
Dicen que un tipo listo y carismático puede engañar a mucha gente, incluso a mucha gente a la vez. Pero no por tiempo indefinido.
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